Viajar quinientos kilómetros en carretera para tocar dos veces en día y medio —casi sin dormir— es de las cosas que se les ocurren a los Sex By Manipulation. Primero, noche en el Bar Doble A; después, Cuerdas de Acero Fest.
Los hijos de Camagüey son de esa clase de bandas que gozan estar bajo las luces y viven cada concierto como si fuera una fiesta.
Hay algo de magia en un piquete cuando se suben al stage y se nota que lo pasan bien, aún cuando sobran dificultades. Y esa magia, que Sex by Manipulation domina, es capaz de contagiar a quien