El legendario Ozzy Osbourne, ex vocalista de Black Sabbath y Padrino del Heavy Metal, regresó al escenario este 19 de octubre, nada menos que para ser introducido, ahora como solista, en el Salón de la Fama del Rock and Roll.
Presentado por Jack Black como «el mejor frontman en la historia del rock and roll», Ozzy apareció sentado en un trono debido a sus problemas de salud, y se mostró conmovido por este reconocimiento, que ya había recibido en 2006 como parte de su antigua banda.
«Bueno, aquí estamos. ¿Saben qué? No puedo creerlo. Permítanme dejar tantos agradecimientos a un lado porque no los voy a aburrir con un maldito monólogo largo», dijo Ozzy Osbourne, antes de dedicar unas palabras a sus fans y a los músicos con los que ha compartido: «Quiero agradecer a quienes votaron por mí en el Salón de la Fama por mi trabajo en solitario. Gracias, desde el fondo de mi corazón. He tenido la oportunidad de tocar junto a los mejores guitarristas, bajistas y bateristas del mundo. Algunos de ellos están aquí esta noche. Pero tengo que decir algo por un hombre llamado Randy Rhoads, sin él no estaría aquí sentado. Y más que eso a mi esposa Sharon. Ella salvó mi vida. Y mis nietos, y mis hijos. Los amo a todos”.
En un set lleno de estrellas, varios músicos destacados rindieron homenaje a Ozzy. El baterista de los Red Hot Chili Peppers, Chad Smith, el bajista de Metallica, Robert Trujillo, el productor Andrew Watt y el tecladista Adam Wakeman, todos con una larga historia colaborando con Osbourne en su carrera solista, formaron la banda principal. Para la primera canción, el clásico de 1980 «Crazy Train«, se les unieron el líder de Tool, Maynard James Keenan, y Wolfgang Van Halen.
En la segunda canción, «Mama I’m Coming Home», el guitarrista Zakk Wylde y la estrella del country Jelly Roll subieron al escenario. El cierre del set llegó con «No More Tears», en la que Billy Idol se unió a la celebración musical.