Hace alrededor de una semana, alguien revivió un viejo post titulado «¿Por qué no se llena el Maxim Rock?«, comentándolo probablemente, sin notar la fecha de publicación. Y es que a más de un año de aquel texto y el debate posterior, el problema continúa, si es que no se ha agudizado entre la crisis general que vive Cuba y la creciente emigración.
Pero esta noche no vengo a preguntar por qué no se llena (ya de eso he hablado bastante), sino por qué sí se llena… porque sí, SE LLENA. Y no solo con las polémicas noches de electrónica que digustan a más de un metalero, sino cuando Darkness Fall y un equipo de producción organizan el Mix Zone Fest (MZF), un evento dedicado a la cultura otaku donde además de cosplay, concursos, venta de merchandising y el hecho de contar con un espacio de interacción, se toca metal.
Me dirán que no es el típico metal que tocarían Combat Noise, From the Abyss o Némesis. Y tienen razón. No es ese. Son versiones con distorsión temas de anime, al estilo de Darkness Fall; pero si trascendemos el concepto más allá del metal oscuro o extremo, lo que está haciendo el grupo califica dentro del género, e incluso, puede resultar valioso en tanto sirve como una introducción de adolescentes a la cultura del rock y el metal.
Porque —vamos a estar aquí— todo el mundo no empezó por Mayhem, Napalm Death o Cannibal Corpse, ni siquiera por Slipknot, sino que probablemente haya educado su oído y formado su gusto musical a partir de un primer contacto con este mundo, que pudo ser un tema de Linkin Park, un spot televisivo con un fragmento de Rammstein, o, por qué no, el opening de una serie animada.
Mi punto es: más allá del público que tenemos y esperamos tener, veamos el público potencial, el que está ahí y aún podamos formar. ¿Cuántos espacios dedicados al rock y el metal existen ahora mismo en Cuba para adolescentes? ¿A cuántos pueden acceder? ¿Acaso no es esta la etapa en que un individuo comienza a crear su identidad? ¿No son, entonces, eventos como el MZF una posible entrada al mundo rockero y metalero? Si me lo preguntan, eso creo.
Y volviendo a la interrogante de ahorita, por qué sí se llena el Maxim Rock, podría responder que:
- Darkness Fall es ahora mismo uno de los grupos más profesionales del país, tanto a nivel de sonido en vivo como de proyección escénica. Y aún con obsolescencia de los equipos del Maxim Rock, suenan lo mejor que se puede.
- El evento del que forman parte no solo consiste en tocar un repertorio, sino que está articulado con otras actividades, que podrían resumirse en venta, exhibición y —algo fundamental— participación del público. El público es importante. Sin público, no hay show.
- Amén de que pueda reunir a una audiencia diversa a la que une el consumo de anime/manga, la promoción que se realiza de este evento es atractiva, constante, variada y lo suficientemente espaciada en tiempo para que la audiencia no se sature.
Creo —más allá de las particularidades de público y las diferencias que pueda tener con eventos más centrados en el rock/metal— que lejos de asumir al MZF como algo externo o como un «mal necesario» para la subsistencia del Maxim Rock, muchas bandas deberían apoyar a Darkness Fall e interesarse por alianzas, elementos y dinámicas de este festival que pueden resultarles útiles o adaptables para sus propias presentaciones, sin que eso signifique calcarlos o perder la esencia de cada quien.
Es hora de entender que el siglo XXI ha llegado, que las audiencias no son las mismas y que si las propuestas no son lo suficientemente atractivas para el público, ese público perderá el interés. No son despreciables en esta ecuación el punto en que vive Cuba, pero creo —de verdad lo hago— que siempre hay un margen para mejorar y repensarse las maneras de hacer. Y la del metal nunca ha sido la cultura más seguida, pero sí la más resistente.