
A partir de la entrevista como recurso periodístico, Que sea lo que ellos quieran (o la improbable historia del rock en La Habana) reúne (entre muchas posibles) las opiniones de personas vinculadas al rock facturado en la capital cubana en el lapso que va de finales de los años 70 a la actualidad. Los enfoques varían, mostrando que, más allá del nexo a un género (o dos, para quienes opinan que el metal es un caso aparte) no existe la uniformidad de pensamiento que a veces (y a la ligera) se da por sentada, pero, a la vez, hay cercanías sustentadas en vivencias comunes.
Motivaciones, antecedentes, anhelos, perspectivas y desenvolvimientos que no son necesariamente análogos para todos, sin que eso signifique una barrera. Juan Carlos Torrente (Combat Noise) y Javier Rodríguez (Extraño Corazón) comparten la ciudad, no piensan igual, facturan sonidos diferentes (del brutal death metal al country-rock) y, a la vez, forman parte de esa escena tan peculiar que caracteriza a la isla.
Dejar que hablen quienes hacen y/o viven esta música desde adentro es un mérito apoyado en las preguntas que sirven de hilo rector. Un tema lleva a otro; se mencionan los esporádicos logros (una grabación, un premio, una gira nacional o en el exterior, el hecho de sobrevivir tocando lo que aman) aunque hay más énfasis en los obstáculos.

Todos (pasando por María Gattorno, Carlos Rodríguez Obaya, Diony Arce y por supuesto, el vapuleado Gorki Águila) arrastran múltiples heridas, sin importar si las exhiben o no. Porque, en gran medida, el rock en La Habana (en Cuba) es una historia de dolor, donde incomprensiones y estigmatización no han cesado con el tiempo: sólo han cambiado de careta.
La introducción con voces anónimas y colectivas, y la coda con el monólogo (ficción pura… o quizás no tanto) de un viejo teatro barrial reconvertido en foro para los sonidos trepidantes de guitarras, baterías y cantos, son incursiones literarias que aportan frescura a un libro que transmite un sentido de comunión, visibiliza segmentos tirantes de la sociedad nacional asociados a “la música del enemigo”, y se lee de un tirón.