Histéresis probó una vez más a los escépticos que no estaba porque sí en el cartel del Cuerdas de Acero. Que fueran capaces de terminar una canción aún con la guitarra fuera de combate, y que un público mayormente metalero pidiera a gritos otro tema, demuestra cuán entregados son a la audiencia y cuán capaces son de envolverla con su magnetismo.
Mucho tienen que ver en ese resultado la sorpresa y conexión que generan en directo —donde superan por mucho a su versión grabada—, y la apertura de su diapasón a influencias del hard rock y el metal clásico, en consonancia con el registro vocal de su cantante.
¿Lo más emotivo del show? La ovación final al esfuerzo. ¿Lo más loco? Un moshpit con «Nota informativa»…