Como un mariscal de campo que controla el ritmo del combate, Luis Ernesto Batista Díaz dirige el asalto de su banda. A «Machine» —porque nadie lo llama por su nombre—, siempre he querido preguntarle cómo rayos no se cansa al tocar, o al menos, cómo hace para lucir fresco después de dos noches de concierto.
A «Mechín» —porque pocos le atinan al inglés— siempre se me olvida preguntarle qué hace para no rendirse, para no perder las ganas, para tocar como un chama. También, cómo hace para poner orden en medio de un slam y pedir, con santa parsimonia, «vamos a ser disciplinados». Para él, el mismo integrante del grupo que más relajo arma en este lado de Cuba: Sex By Manipulation, las fotos que le debía.