La quinta edición del festival de rock y metal La Gruta del Dinosaurio ha sido cancelada por falta de presupuesto, o, para ser más exactos, porque las autoridades culturales oficiales decidieron no empeñar recursos en un evento que, consideran, no tendrá asistencia de público.
Los respalda una encuesta hecha en Jaimanitas con una muestra «x» de personas; pero parece más importante encasillarse en una herramienta que puede ser poco confiable y reduccionista, que prestar atención a pruebas gráficas presentadas por la dirección del festival, y al propio empeño de los músicos en salvar el evento.
Hay que reconocer que el rock y el metal han perdido capacidad de convocatoria en los últimos años, pero cancelar un evento a partir de un prejuicio e ignorar fotografías y videos recientes que desmienten esa postura es, cuando menos, un irrespeto al trabajo de los músicos, promotores, organizadores de eventos y consumidores de esa música.
¿Hasta cuándo el rock y el metal tendrán que probar su valor? ¿Hasta cuándo sus creadores seguirán siendo ninguneados? ¿No hubo un Cuerdas de Acero con una Madriguera a tope? ¿No hay un Maxim Rock lleno cuando toca Darkness Fall? ¿No hay una peña de Histéresis y una en el Jazz Café? ¿No hubo un Ciudad Metal? ¿No hubo un Rock de La Loma? ¿No hubo un concierto, el pasado año, en la misma Jaimanitas?
Quiero creer, de veras quiero, que este es un caso de ignorancia. De lo contrario, por favor, digan que no quieren, que no les interesa, que no les importa, que no son prioridad. Hablen de frente y sin rodeos. Pero no metan cuentos, que en esto, ya somos viejos. Y si en serio es escepticismo, espero que este sábado en el Maxim les dé las «pruebas» que necesitan. Ojalá tengan ojos para verlas.