
Foto: Alina Sardiñas, La Habana
Llegué a su casa una mañana de noviembre, Me abrió la puerta de su apartamento en Playa con una sonrisa de bienvenida que me hizo estar cómoda desde el minuto cero. Me invitó a un té y fumamos cantidades obscenas de cigarros mientras conversábamos acerca del proyecto. Después de nuestro primer encuentro cada vez que coincidíamos nos dábamos un abrazo con un afecto de verdad y siempre me preguntaba cuántos fotografiados llevaba ya.
En su casa la mamá oía música americana, Bill Haley & His Comets, Perry Como, Eddie Fisher…toda esa música de los 50 y también a los Rolling Stones. Con un aire de sorpresa me dice: “Mi madre era rockera”, y cuando la nombra se le rompe la voz. Pero el primer peldaño de las escaleras al cielo lo subió con trece años cuando un muchacho del aula escribió con tiza en la pizarra: Led Zeppelin. «A mi amigo Nápoles y a mí nos llamó tanto la atención que nos unimos a él y wow, qué era todo eso. Esa música no era posible, qué maravillosa».
Me dice que le gusta el cine, la nueva ola francesa, el neorrealismo italiano. Tal vez por eso cada vez que pienso en su anécdota la veo como si fuera la escena de una película en blanco y negro. «Desde que tuve mi primer contacto con un grupo de rock hasta hoy, que tengo cincuenta y seis años, estoy escuchando rock y no me arrepiento de nada. Volvería a elegir este camino a pesar de haber pasado por todos tipo de injusticias, malos tratos, insultos de la gente por la calle…».
Tony trabajó durante años como utilero del grupo de metal, Hipnosis y de Habalama. También fue seguridad en el Maxim Rock y jefe de escena.
«Los ochenta y noventa fueron muy duros. Habían bandas dentro de los frikis de aquella época, gente a las que les pudo haber llegado a gustar el rock pero que no tenían el corazón hippie, eso de paz y amor les faltaba. Eran en realidad delincuentes pero como los frikis les abrían las puertas a cualquiera, por ahí se colaban entre nosotros. Hubo asaltos, violaciones… En aquella época todo el mundo estaba con todo el mundo, había promiscuidad y cuando apareció el sida mucha gente se infectó. El sida se llevó a personas muy jóvenes y también a integrantes de esas bandas que eran malas personas… Creo que de ellos no queda nadie vivo, quizá uno o dos y están hace rato sumidos en un dolor. Ya nadie los busca . A veces pienso que el karma tuvo que ver ahí».
«De la generación de nosotros, los que quedamos tú los conoces, los lindos, los de verdad , pero pasamos por todo eso. Fue duro».

«La anécdota más tremenda y que todavía hoy no perdono me ocurrió a principio de los 90. Ya había pasado la famosa bronca de la policía contra los frikis en la casa de la cultura de Playa cuando tocaban Venus y Metal Oscuro. La cosa se puso peor para los frikis, pues a raíz de esa bronca nos provocaban mucho. Veníamos un grupo caminando por el malecón y nos tropezamos con unos policías borrachos, estaban vestidos de civil, pero algunos detalles los delataban. Mandaron a los entonces llamados guapos, hoy repas, a provocar una trifulca para ellos meterse en contra de nosotros. Al difunto Lituam y a mí nos pusieron una pistola en la frente. Qué fácil para un hombre borracho apretar un gatillo. Hay cosas que yo no perdono, muchas cosas».
Hace una semana volví a su casa, tenía pendiente las fotos en su cuarto pues la vez anterior no había un solo rayo de luz del que me pudiera aprovechar para hacerle esas fotos. Esta vez, en lugar de té, compartimos unas cervezas y hablamos de nuestros hijos, de dolores que no nos perdonamos a nosotros mismos, de la amistad… En definitiva, de la vida, que es a veces quebranto y otras aliento. Halando con él, accediendo a algunas vivencias que me contó, pude entender porqué siempre me pareció un hombre fragmentado y es que Tony “el de Playa” no perdona muchas cosas, porque además de las inevitables brechas, están las que deja la injusticia, siempre más difíciles de llevar y de sanar. De esas heridas, él tiene unas cuantas.
«No sé por qué pienso tanto en la muerte cuando todo en mí quiere vivir», me dijo cuando le pedí una frase.