
Foto: Junior Hernández Castro/El Friki Periodista
“El bajo es el que lleva la línea armónica de la música, así que, si lo miras bien, es a una banda de rock como los cimientos a un edificio”, asegura Marta Acevedo, mientras sigue tecleando respuestas en tanto sus gatos le permitan escribir. “La presencia de los bajistas está en dependencia de la actitud, la aptitud, la condición y, también, del estilo musical que se ejecute”.
El de Marta Acevedo, el death metal, es uno de los más cultivados en Cuba desde los años noventa. La actual bajista de From the Graves, un grupo de death/doom a la vieja escuela, conversa un poco sobre su trayectoria en la escena nacional y los desafíos de ser mujer en el mundo metalero.
Si hubiese un punto cero para ella, sería probablemente al cumplir los diecinueve o veinte años, cuando la oportunidad de tocar una guitarra le llegó y el viejo interés de la infancia comenzó a tomar forma. “Por cosas de la vida no aprendí antes”, cuenta, “pero siempre me sentí identificada con el rock y el metal, así que si iba a tocar algo, debía ser esa música que me llenaba de energía”.

“Cuando ya había adelantado bastante en el aprendizaje, comenzó a gestarse lo que luego sería Parasomnia. Ernesto Piedra, quien era el guitarrista, director y mi pareja en aquel entonces, tenía pensado hacer todo secuenciado y tocar en vivo con dos guitarras. Entonces Alberto Cabala, director de Tragedy, estaba reorganizando su banda y nos llamó para formar parte de ella. Necesitaban alguien que se encargara del bajo, y como a mí también me gustaban los sonidos graves, no dudé en aceptar. Así, teniendo como base la guitarra, no me fue difícil dominarlo”.
Tras el fin de Parasomnia y luego de venir a La Habana y vivir un hiato musical de cuatro años, Marta se unió a From the Graves, pues Juan Carlos Torrente estaba rearmando su proyecto paralelo y necesitaba nuevos músicos para completar la alineación. Con ese grupo, la bajista figura en los créditos del Funebrarum, el segundo álbum de estudio.

Ante de los retos de la mujer en la escena metalera, se muestra tajante: “las mujeres tienen muchos desafíos, no solo en el metal, pero cuando una se propone algo, puede lograr lo que sea. En este trabajo sucede lo mismo: solo tienes que sentir y expresar lo que quieres a través de tu instrumento. Bandas jóvenes con presencia femenina como Némesis, Nergal y Saloma mañana serán experimentadas para las que vengan después. Cada generación debe ser protagonista en el momento que le corresponda. Es la ley de la vida. Mientras el trabajo sea bueno y serio, bienvenido…”
“Aún recuerdo la primera vez que toqué frente a un público… una Feria del Libro en Santiago de Cuba, un sitio nada relevante en el metal… Aún así, decidí que mientras tuviera capacidad, iba a estar en un escenario”.
¿Cuánto ha cambiado desde entonces?
¿En qué sentido?
La sensación del escenario…
Siempre es la misma sensación. La adrenalina que se dispara en ese momento solo la vives ahí… Creo que si puedo tocar teniendo cien años, me voy a sentir igual de feliz.
(Esta entrevista fue publicada originalmente en Opía Magazine, y rescatada tras el reinicio de esa web)