“Yo no deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas”.
Mary Wollstonecraft
por Sabrina González Hugues
La primera canción es la más difícil: romper el silencio crea expectación. San José de las Lajas ha sido el lugar propuesto para el primer concierto y la banda está llena de miedo e incertidumbre. En la cabecera espera ella, Mercedes. Los nervios la están matando.
La segunda canción llega y la ansiedad comienza a desvanecerse, el calor atesora el escenario y Némesis está dispuesto a hacer historia. Van ganando fuerza con cada interpretación. El público está evaluando cada movimiento y el grupo lo sabe, es la hora de probarse. Es ahora o nunca.
Poco a poco llega más gente, se llaman unos a otros y graban con los móviles. Al terminar el concierto, los espectadores piden fotos y autógrafos. Mercedes Vargas Rodríguez está anonadada, su primer concierto ha sido un éxito y para redondear la noche, llega un friki de los más longevos, de esos que tienen el pelo largo y canoso, y bendice su voz en nombre de Satán. “Me quedé súper impactada y muy agradecida. Ese se día fuimos bautizados”, asegura.
Antes de aquel momento, ir al Maxim Rock a cantar a viva voz desde el público había sido su mayor contacto con la música. Angela Gossow, de Arch Enemy, era su ídolo desde la secundaria, pero jamás se imaginó siendo ella una auténtica frontwoman. “No tenía idea alguna de cantar, ni se me pasaba por la cabeza que pudiese ocurrir. ¿Yo de cantante? ¡Ni soñarlo!”
Pero, como dicen por ahí, nunca digas “de esa agua no beberé”. Cuando Felipe Chiong, guitarrista y director de Némesis, buscaba vocalista para su nuevo grupo de metal, unos amigos le comentaron sobre una muchacha que tenía buena voz y lo pusieron en contacto con Mercedes.
Ella estaba renuente a cantar, no sabía hacerlo, decía, y le aterrorizaba pasar una vergüenza. Por suerte, el guitarrista hizo caso omiso a sus avisos y un día se plantó en su casa. “Cuando lo vi en mi casa quise salir corriendo. Le insistí mucho en que no era cantante, que no tenía ni idea y que no sabía quién le podía haber dicho semejante cosa”, relata Mercedes.
Él no prestó atención a sus advertencias y le suplicó que lo dejara oírla. “Me dio un tema y una letra, lo preparé muerta de pena, no imaginas la pena que tenía, estaba tiesa. Él escuchó con atención, con unos audífonos súper grandes para oírlo todo, y yo muriendo por dentro pensando ‘¡qué clase de mierda habré hecho!’”
En ese momento la banda que tenía Felipe entre manos era Nergal con un estilo más de black metal, para lo que no le convencía el timbre de Mercedes, pero le habló de otro proyecto de death metal melódico en el que la quería como cantante. Luego buscaron a Osmany Hernández como bajista, se les incorporó Celia Rodríguez en el teclado, comenzaron a montar los temas y así nació Némesis.
Ahí fue donde comenzó la escuela. Con cada ensayo la cantante iba haciendo más poderosa su voz. Controlar el aire, aprender a usarlo y distribuirlo correctamente en cada frase según la fuerza que requería… Le costó al principio, pero con el tiempo y la práctica, la mejoría fue notable.
El estilo gutural es muy complejo y es poco frecuente ver a mujeres desempeñarlo con tanta garra. ¿El truco de Mercedes? Entrenar, entrenar las cuerdas vocales como un fisiculturista en el gimnasio. “La garganta es exactamente así, es un músculo que hay que calentar y mantener activo”.
Fue todo un proceso de autoconocimiento para la interprete de “The Prophecy”. “Aún ahora no creo que haya llegado al fin de esa exploración. Me queda mucho por aprender. Quiero seguir descubriendo todo lo que puedo hacer con mi voz”
Intento mantener esta conversación por WhatsApp con la vocalista, pero Etecsa hace de las suyas… La conexión viene y va, y Mercedes y yo quedamos prendidas de los móviles, esperando la respuesta de la otra. Pruebo con todos los “truquitos” que nos hemos creado: marco *666, llamo a mi propio número y así hasta que la conexión vuelve y me apresuro a preguntarle:
¿Consideras suficiente el valor que se les da a las mujeres dentro del metal?
Durante los diez minutos siguientes solo aparecía en mi pantalla el “escribiendo”. Pensé por un momento que la conexión fallaba de nuevo, pero era el tamaño de su respuesta la causa de la demora:
“Creo que una mujer es siempre importante en cualquier ámbito, tenemos una capacidad enorme para todo lo que nos propongamos. En el metal, vocalistas como Angela Gossow, Tarja Turunen y muchas otras cantantes bestiales y han tenido una trayectoria increíble y han sido símbolo de que las mujeres también pueden sentir el metal en las venas. ¿Que se nos dé el valor necesario? Es más complejo. La tenemos bastante difícil, pues todos están a la expectativa. Cuando una sube a un escenario, hay que hacerlo el doble de bien”.
“Las mujeres aspiramos a ser valoradas por nuestro talento y no por el físico. Pero a veces el público mismo actúa de juez, y sentencia por el físico y no por el talento. Eso depende mucho de la imagen que una quiera dar. En otros países eso se complica más porque cuando eres una banda también representas un producto que hay que vender, y de toda la vida el estereotipo ha manipulado el merchandising y la imagen femenina siempre será vista como objeto de venta y fama. Pero con Némesis no pasa eso, en la banda todos somos iguales y así funciona, en todo momento y lugar”.
Actualmente están separados, de retiro espiritual, cargando las pilas para volver con toda la fuerza que los caracteriza. Mercedes necesita regresar a los escenarios, a su vida, pero por ahora aguarda y cuida celosamente su voz. Némesis nos tiene sorpresas preparadas para cuando se calmen las aguas, así que, mejor ni preocuparse, porque hay Mercedes pa’ rato.
(Esta entrevista fue publicada originalmente en Opía Magazine, y recuperada para El Friki Periodista)