La Casa de María Camión no es el típico grupo de rock cubano cuyos temas te harían gritar en un concierto. Al menos, en los casi cuatro minutos del sencillo «María tiene un trono» —su opera prima oficial—, parecen alejarse en la dirección opuesta y completamente a propósito.
Su cadencia más bien lenta, salpicada con tintes de música tradicional cubana, indie rock y una atmósfera que me recuerda al grunge, redondea el sentido decadente que transmite la voz femenina en su letra, en especial, durante el coro: «Y ese trono de María / huele siempre al otro día / a resaca, a hipocresía / a libido seca y fría».
Sobre quién trata la historia, quizás sea un misterio por resolver. No faltarán los que tomen los versos de forma literal o encuentren en el nombre de María la metáfora de algo conocido —»En su silla de mentiras / pone María su corona / que algunas veces le luce / como un gorro de bufona». Habrá que preguntarle a estos chicos de Santa Clara cómo lo ven ellos, aunque lo más seguro es que prefieran dejárnoslo a nosotros.
La Casa de María Camión, en definitiva, propone un tema que nos hará pensar por un rato y perturbarnos en el buen sentido de la palabra. Por mi parte, espero seguirles la pista y enterarme de cuanta entrega de «música tradicional rocanrolesca» esté por venir.