Por la de veces que he dicho «fue mi primer concierto de tal banda», probablemente piensen que he pasado media vida encerrado en mi casa… Para variar, les cuento esta noche que el sábado pasado, viví mi bautismo de fuego con Switch, ¡y vaya noche de hardcore en la sala Maxim Rock!
¿Qué decir de esta banda, que no se haya dicho hasta la fecha? Quizá que es una de las más constantes de Occidente, que en sus tres lustros de vida tiene un puesto más que merecido entre los grandes de la escena, y que ese sábado de concierto hicieron vibrar el auditorio con sus clásicos, y con esos otros temas que, de la mano de Deepblast Records, estrenaron en su disco homónimo.
Algo, sin embargo, me deja insatisfecho, y no puedo evitar lamentarlo cuando miro hacia la hardcore y descubro qué es. Hace casi cuatro años, Suicidal Tendencies tocó en La Habana y Switch no estuvo en el stage. Me pregunto, luego de verlos en vivo, qué habría pasado si el piquete de Artemisa se hubiese unido a los gringos. La respuesta, tal vez, la tiene mi socio Jandro, cuando al salir del Maxim comenta: «¿Quieres que te diga algo? Yo nunca he ido a un concierto de Switch que no haya estado bueno».