
To Jon, wherever he is
El día que escuché a Dissection por primera vez fue casi que una casualidad. No estuvo planeado y prácticamente me salté muchos capítulos de la historia del black metal cuando decidí incursionar en el material creado por la banda de Jon Nödtveidt. Sin embargo, no me arrepiento. Parte de mi concepción actual de la música extrema se la debo a Storm of the Light’s Bane, el segundo álbum del grupo.
Jon fue un personaje controvertido en lo personal, pero muy decidido y seguro de lo que buscaba a la hora de hacer sus canciones. Tenía muy claro cuál sería el camino que seguiría su arte a lo largo de su carrera. Dissection, en mi modesta opinión, es una de esas pocas bandas de las que no se puede desechar absolutamente nada.
Un día como hoy, pero del año 2006, Jon puso fin a su vida y a la historia de su grupo, pero no al legado que este había dejado en la escena que habitó. Fue justo en ese momento cuando el nombre de la banda sueca quedó escrito con letras inmortales en lo más alto del imaginario cultural de la música extrema.